Recientemente he leído un libro que me ha mostrado la cara más amable de nuestro intestino, un órgano hasta ahora más bien infravalorado. Se trata de “La digestión es la cuestión” de Giulia Enders una joven científica alemana que ha dedicado su vida profesional a la investigación del intestino y las bacterias que alberga.
Lo primero es tener claro qué es la “flora intestinal”; se trata de varios cientos de billones de bacterias (pequeños seres vivos compuestos por una sola célula) que pueblan las diferentes partes del intestino (sobre todo en el colon y en su parte final). A esta flora intestinal la llamamos Microbiota (= vida pequeña) o Microbioma.
¿Qué os parece si ahora os digo que nuestra Microbiota en un adulto llega a pesar 2 kg? Un gramo de heces contiene más bacterias que seres humanos hay en la tierra.
Pues que podemos considerar a nuestras bacterias como un órgano más en nuestro cuerpo, con funciones tan importantes como triturar la comida no digerible por nosotros, aportar energía al intestino, fabricar vitaminas, descomponer sustancias tóxicas y medicamentos y entrenar a nuestro sistema inmunitario. Se sabe que nuestro grupo sanguíneo viene determinado por las bacterias intestinales.
Si nuestras bacterias tienen algún problema es fácil llegar a la conclusión que también lo tendremos nosotros y perderemos la salud.
Esta población de bacterias es indispensable para nuestra vida. Hay baterías más beneficiosas que otras, y cuando la población de las que no son tan buenas predomina sobre las beneficiosas sencillamente enfermamos. Pero ambas poblaciones son necesarias.
BACTERIAS Y SISTEMA INMUNITARIO
El 80% de nuestro sistema inmunitario se encuentra en el intestino, aquí las células de nuestro sistema defensivo aprenden a reconocer bacterias peligrosas, de las inofensivas e incluso de nuestras propias células. En este aprendizaje de reconocimiento y reacción es necesaria la presencia de gran variedad de bacterias, sobre todo a lo largo de nuestra infancia para ir entrenando de forma estable nuestro sistema inmune. Se sabe que en las comunidades de Amish conocidos principalmente por su estilo de vida sencilla, vestimenta modesta y tradicional, y su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas, no existen casos de alergias ni asma, pues los niños es un estilo de vida arcaico conviven desde su nacimiento con numerosas baterías en su entorno. Aquí dejo un enlace sobre este tema en concreto por si queréis ampliar la información. Vamos que el exceso de limpieza e higiene en casa está demostrado que no es del todo saludable.
INTESTINO Y EMOCIÓN, NUESTRO SEGUNDO CEREBRO
En otra parte del libro se establece una conexión entre la salud de nuestra Microbiota y la salud emocional. Está demostrado que el intestino transmite al cerebro la información sobre su bienestar o malestar digestivo. Un intestino irritado transmite al cerebro sensación de inestabilidad, hinchazón, nauseas, y en el cerebro se activan circuitos neuronales en áreas cerebrales relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión.
Esta conexión es de ida y vuelta, también puede darse el caso que un evento emocional desagradable desencadene un malestar digestivo en cuestión de minutos. Una diarrea o vómitos inesperados. Mas coloquialmente, la expresión “esta situación me revuelve las tripas” tiene una explicación fisiológica real, y es que gran parte de nuestro sistema nervioso está en el intestino, lo podemos considerar nuestro segundo cerebro y responde a estímulos emocionales con intensidad.
DOLOR REFERIDO VISCERAL
En el libro no se hace apenas referencia a los dolores musculo-esqueléticos referidos por irritación de una víscera “dolor referido visceral”, pero aprovecho para recordar que cada víscera (estomago, hígado, corazón, intestino delgado, colon, riñón……) refleja su dolor en una zona del cuerpo en concreto. El más conocido es el del corazón, ante un evento cardiaco se despierta un intenso dolor en el hombro izquierdo extendiéndose hasta el brazo. Pero las demás vísceras tiene también su dolor referido y este está presente en un gran porcentaje de los pacientes que acuden a nuestra consulta cada día.
Un dolor visceral muy habitual que vemos cada día en la consulta es el de la sobrecarga de trapecios y cervicales por culpa de un estómago irritado. También el dolor lumbar bajo bilateral por irritación del colon convive en numerosos lumbagos y ciáticas.
¿COMO LLEGARON HASTA AQUÍ LAS BACTERIAS?
Las bacterias entran a nuestro intestino a través de los alimentos. Algunos nos aportan más bacterias que otros.
Alimentos “Probióticos”, son aquellos que en si mismos contienen muchas bacterias beneficiosas, y que al ingerirlos pueblan nuestro intestino desplazando a las bacterias no tan buenas. Las más beneficiosas hasta ahora conocidas son las lactobacillum y bifidubacterium. Estas bacterias se encuentran en el Kéfir, Chucrut (col fermentada), yogur natural, sopa de miso, aceitunas y chocolate negro.
¿COMO HACER QUE PROLIFEREN LAS BACTERIAS BENEFICIOSAS?
La población de una especie u otra crecerá más en función de que las alimentemos con los nutrientes preferidos de unas u otras.
Introduciendo en nuestra dieta alimentos “Prebióticos”; son aquellos que aportan nutrientes a las bacterias más beneficiosas y que estas agradecen creciendo su población y desplazando a las perjudiciales. Estos alimentos son la alcachofa, ajo, cebolla, puerro, espárrago, salvado de trigo, legumbres, raíz de achicoria.
CONCLUSIÓN
Las bacterias que pueblan nuestro intestino son nuestras grandes aliadas para tener una salud envidiable.
Son necesarias todas las familias de bacterias, pero algunas clases las consideramos beneficiosas y esas deben ser mayoría en nuestro intestino. Debemos hacer que lleguen a nosotros a través de alimentos probióticos y después alimentarlas bien con prebióticos.
El intestino podemos considerarlo como nuestro segundo cerebro, influye en gran medida en nuestro bienestar emocional.
Numerosos dolores de espalda como lumbalgias y cervicalgias tienen su origen en irritaciones del intestino y del estómago.
PABLO PORRAS DOMINGUEZ
FISIOTERAPEUTA Y OSTEOPATA EOM Nº Colegiado: CL09-1525
AREA DE SALUD CENTRO DEPORTIVO PRADO SPORT ARANDA DE DUERO (BURGOS)